Consejos para sobrevivir a una ola de calor

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El calor hace que nos liberemos de prendas y de la apatía, pero en exceso y si llega de improviso puede ser molesto y peligroso, especialmente en el caso de niños y ancianos. Estos días hemos pasado por una inesperada, por lo que aprovechamos para daros unos consejos para que cuando de verdad llegue el verano no nos pille desprevenidos. ¿Estás preparado para una ola de calor?

Una ola de calor se considera a un mero periodo de tiempo más o menos largo con temperaturas más altas de lo normal respecto a las normales en la época. Mientras que una pequeña ola en invierno puede aliviar a los habitantes de la zona, en primavera y verano, puede ser un riesgo para la salud, ya que puede dar lugar a insolaciones, quemaduras, deshidratación y el maldito resfriado a causa de los contrastes térmicos o el abuso del aire acondicionado.

Para que nada de esto nos afecte debemos actuar así ante días extra calurosos:

-Usemos ropa cómoda y ligera, de colores claros. No es necesario ir con ropa muy ‘escueta’ ya que esto aunque nos de más sensación de ‘frescor’ deja más expuesta la piel frente al sol. Una cualidad importante de nuestro atuendo es que se componga de tejido transpirable, ya que si no retendrá el calor y la humedad.

Protejamos la cabeza especialmente si vamos a estar mucho en la calle, para lo que valen gorras, sombreros, pañuelos o incluso para los más sensibles, se puede usar un paraguas o un parasol y en caso de urgencia una camiseta o una bolsa de tela bien doblada nos pueden hacer un apaño. Si podemos usemos gafas de sol, pero que tengan la homologación europea sin la cuál podrían dañar los ojos

-Otro consejo básico es evitar salir a la calle, o simplemente fuer a de casa, durante las horas de máximo calor que son de 12 o 14 horas del mediodía hasta las 17 ó 18 horas de la tarde, especialmente para las tareas de mayor esfuerzo físico.

– A este le sigue otro imprescindible de la campaña de verano: estar bien hidratados. Para ello eliminemos de las comidas los elementos picantes, salados, azucarados y con cafeína, que aceleran la deshidratación, bebamos mucha agua y líquidos (valen sopas y cremas frías, no calientes,) y comamos alimentos con mucha agua, entre los que destacan las frutas y verduras. Llevar una pera o una botella de agua en el bolso o la mochila no cuesta nada. Tomemos el agua, si es posible, antes de tener sed. Otra opción, muy deseada por los más pequeños, es tomar helados, sorbetes o granizados.

– Si vamos a pasar el día en oficinas o sitios cerrados, o tomar mucho el transporte público, nuestra personal recomendación es que llevemos una fina chaquetilla o pañuelo, ya que ante los calores en muchos lugares tienden a sobrepasarse con el aire acondicionado o con los aparatos de climatización y dejarnos helados, al ir vestidos de verano.

– Si tenemos que andar mucho, sobre todo durante las horas complicadas del día, optemos por rutas que sepamos que ofrecen más sombras y menos esfuerzo, aunque lleven más tiempo.

 

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