Cosas que no hay que hacer para adelgazar

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Otra vez nos encontramos con uno de los propósitos más comunes del año nuevo (y del nuevo curso o de cualquier semana para muchas): adelgazar. Este puede ser uno de los objetivos para encontrarnos mejor y vernos más guap0s, o incluso para deshacernos de los kilos que, a pesar de todo, hemos cogido gracias a los banquetes navideños. Sin embargo, esta no debe ser una obsesión ni debe planearse a marchas forzadas. Por eso hoy os vamos a dar unos cuantos consejos sobre cosas que no se deben hacer para perder peso, que se suelen hacer sin pensar. ¿Quieres saber que pasos debes evitar en tu nueva dieta o rutina?

La locura de querer adelgazar a veces nos lleva a tomar decisiones que parecen lógicas pero que en el fondo no lo son y que no nos hacen bien, hoy os vamos mencionar algunas en las que os vais a reconocer.

Comer poco. 

Para perder peso no hay que comer poquísimo, ya que en realidad de lo que se trata no es de ingerir menos calorías, a no ser que comamos realmente mucho más de lo que está en la media (2500 calorías en hombres, 2000 en mujeres, aunque esto también es flexible). Si comemos muy poco: primero pasamos hambre y eso no nos hará sentir bien anímicamente ni le sentará bien al estómago, y cuando nos acostumbremos eso hará que sea cada vez más difícil adelgazar y además estaremos más fatigados, ya que entraremos en una especie de modo hibernación (gastaremos menos energía para sobrevivir y nos aferraremos, crearemos resistencia respecto a la producida)

Así que corregimos: no hay que comer menos, hay que tomar alimentos más sanos, con menos hidratos y menos grasas saturadas, pero sobre todo hay que moverse. Adelgazar es la consecuencia de gastar más calorías de las que se consumen.

Si bien a lo mejor comemos demasiado de verdad podemos optar por hacer más ejercicio o cambiar algunos alimentos por otros saciantes.

 

– Cero grasa, cero azúcar, cero hidratos: todo proteínas

Algunas dietas son muy peligrosas si se dedican a restringir mucho. La clave de una alimentación saludable es el equilibrio: así que olvidaros de que la grasa y el azúcar son malos. En su justa medida son necesarios. Por supuesto, lo que no se debe favorecer es el consumo de azúcares artificiales e industriales, ni las grasas malas, es decir, las saturadas o LDL que es colesterol malo.Los carbohidratos sanos- pasta, cereales integrales- son una fuente de energía necesaria. Carecer de una o de otra nos lleva a desarreglos hormonales y a la fatiga física y mental.

Por otro lado, no hay que enfatizar el consumo de proteínas: otra vez hay que incidir en la armonía de la comida. Toda proteína no se convierte en músculo si no hacemos deporte y una vez que el deporte cesa el músculo necesitará el ejercicio para mantener su aspecto y salud.

-Productos light

Los productos light o sin azúcar tendrán menos grasas y azúcares, pero tienen otras cosas peores para la salud que eso. Las sacarosas y sacarinas son mucho peores e incluso cancerígenas y ni hablamos de tantos otros ingredientes artificiales que compensan con sabor la perdida de grasa o natas. Lo mismo pasa con la margarina que sustituye a la mantequilla.

Deporte a todas horas y todos los días

A no ser que seáis deportistas de élite no os mantendréis  en esta dinámica intensa una vez que perdáis peso y entonces al no quemar las calorías que quemabais puede haber un efecto rebote. Además el cuerpo os pedirá esta actividad y si no se la dais sentiréis un bajón anímico y el músculo al no trabajarse os añadirá peso.

Es mejor imponerse rutinas realistas que podáis mantener a largo plazo y si no soléis hacer ejercicio, aún con más razón, ya que tanta actividad de golpe será más costosa de asimilar y también os puede desanimar pronto.

 

Objetivo en kilos y fechas próximas

Aquí hablamos de algo más mental que físico. A la hora de cumplir objetivos está bien imponerse fechas y límites con el fin de obligarnos a atarnos a algo y de ponernos autodisciplina. No obstante, se trata de adquirir una rutina nueva y saludable con lo que es mejor tomárselo con cierta calma, de manera que poco a poco vayamos integrándolo de forma natural. Habrá quien lo consiga de golpe, pero habrá quien necesite dar pasos más lentos: no hay que agobiarse, lo importante es ir mejorando, aunque sea poco a poco y que esos cambios calen de verdad.

Por otro lado, el peso es algo muy subjetivo con lo que es mejor verse en el espejo y observar como nos sentimos de ágiles o bellos, que medirlo en kilos. Los sesenta kilos de una persona no son los sesenta de otra, se pueden repartir de una u otra manera, su aspecto es diferente según nuestro cuerpo, metabolismo, estructura ósea o simplemente de acuerdo con nuestra actividad diaria. Por otro lado, hay que moverse también en estándares realistas y de salud: quedarnos en una determinada talla o peso no sirve de nada si se nos va la vida en ello porque lo principal siempre es nuestro bienestar general, tanto físico como emocional. Tampoco necesitamos un peso ideal o exacto para estar sano, pero para estarlo si es imprescindible que nos queramos a nosotros mismos tal y como somos.

Con esto también queremos desterrar las dietas rápidas y express, que al no generar hábitos y ser muy restrictivas, crean el ya citado efecto rebote

 

Imagen| Mr GC

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