Mitos sobre la píldora anticonceptiva

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La píldora anticonceptiva es el método para prevenir embarazos más utilizado, aunque el condón le gana en cuanto a la seguridad frente a enfermedades de transmisión sexual. No obstante, en el caso de las parejas estables suele ser el sistema más recurrente y, sin embargo y, a pesar de su popularidad, entre las ventajas y desventajas que se le suponen a esta pastillita hay un grupo de creencias erróneas. ¿Quieres tener claro que mitos debes destruir acerca de la píldora?

La píldora actúa impidiendo la ovulación de la mujer de manera que durante el espermatozoide no puede fecundar nada durante una relación sexual (y muere en el proceso sin más), en el caso de que llegue al útero, ya que normalmente las hormonas de este tratamiento aumentan el grosor de la mucosa que impide que este gameto llegue a su destino. Sólo durante la última semana del ciclo se menstrual, cuando se deja de tomar la píldora (presentación de 21 tomas) o se toma las que corresponden a esos días y que no llevan las hormonas correspondientes (presentación de 28 días), es cuando se ‘sangra’.

  • Este proceso hace que se haya creado la idea de que si se toma esta durante mucho tiempo afecta a la fertilidad de la mujer: es decir que al dejar de tomarla lleva un tiempo largo el que se de el embarazo deseado. Esto es un error: de hecho hay estudios que afirman lo contrario.
  • En general, después de un tratamiento contraceptivo más o menos duradero, lo único que tiene que establecerse es el ciclo hormonal normal ‘natural’, menstruar con un periodicidad más o menos fija, ya que tanto cuando se empiece o se termina el uso de cualquier método hormonal, puede haber un poco de descontrol. Evidentemente esto puede dificultar la tarea de engendrar por coincidir en el momento óptimo, no porque la ovulación no se dé. De hecho se suele tardar entre mes y mes y medio en recuperar el ritmo y las estadísticas incluso demuestran que en un año el porcentaje de mujeres que se quedan embarazadas al dejar la píldora es el mismo que el de las que nunca la tomaron.
  • Un estudio británico encontró en una ocasión, incluso, que en el grupo de pacientes analizados la proporción de embarazos era ligeramente mayor en las mujeres ‘pos-píldora’, entre un 3% y un 5% más de fecundaciones, frente a quienes nunca habían usado este método y habían buscado el embarazo durante 6 meses y un año. No obstante, no se ha hallado una razón que evalúe el porqué de estos resultados ni se han realizado nuevas investigaciones sobre este tema.

 

  • Otra de las ideas más comunes que se asocian a la píldora es que hace engordar a quien la toma. En ningún caso este medicamento hace que aumente la materia grasa o que no se queme, ni nada parecido, pero lo que si puede suceder es que en algunas personas favorezca la retención de líquidos, si existe una predisposición previa.
  • Otras leyendas sobre este anticonceptivo es que hace que salga acné y que crezcan los pechos. Lo primero puede ser verdad, puede empeorar el cané si este aparece por motivos hormonales previos, pero no es lo normal ya que generalmente cuando se sufren de ello la píldora ayuda a regular este funcionamiento hormonal. Puede ser que estos granitos se deban a otras cosas (alimentación, estrés, malo hábitos o mala higiene) que coincidan en el tiempo con la toma de la píldora. En cuanto al aumento de las mamas, no existe nada que corroboré una relación entre ambas cosas.
  • Otra equivocación es la de hacer descansos en la toma de este anticonceptivo: la píldora al ser un medicamento con sus hormonas y sus sustancias químicas, tiene efectos secundarios. No obstante, el efecto de estos componentes no es acumulativo ya que se van degradando y desechando de manera normal por lo que pueden ser tomados de manera continua sin hacer daños ni generar colapsos o bloqueos. Al contrario, si se realizan estos descansos el organismos se volverá un poco loco y las posibilidades de un embarazo no deseado se multiplicarán.
  • No es apta para adolescentes, sólo para adultos, es otra de las mentiras más grandes que hay. Aunque no se recomiendan por debajo de los 16 años, en general cualquier mujer en edad fértil puede tomarla. Quienes no deberían tomarla por razones de salud son las fumadoras de más de 35 años, casos en los que lo más aconsejable es dejar de fumar.

Para finalizar, lo mejor siempre es prevenir: por lo que hemos de recordar que hay que optar por un sistema de doble protección. Esto significa que el uso de la píldora nunca excluye el del condón (masculino o femenino) que será el único sistema para evitar no sólo el embarazo, sino, también las enfermedades de transmisión sexual.

 

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