Levantarse con buena cara: hábitos que hacen que el día empiece bien

buenos habitos de buenas mañanas

Cada día es una nueva oportunidad de disfrutar, de superarnos y de avanzar en nuestras metas. Pero ¿es posible levantarse con el pie izquierdo? Empezar mal el día e  ir arrastrando nuestro malestar puede hacer que todo se nos haga cuesta arriba y no consigamos sacar todo el rendimiento a nuestras horas y a nuestras fuerzas. ¿Quieres saber qué hacer o qué no hacer para poder estar de buen humor y con mucha energía para sacar el máximo provecho a nuestro día?

Hay multitud de buenos hábitos que ayudan a trabajar, a tener ganas y energía para vivir el día y hay cosas que indudablemente harán que estemos de morros: esto es que nuestros pensamientos y primeras acciones afectan de forma fundamental a nuestra salud física y mental, al igual que las últimas que hacemos por la noche afectan a la calidad de nuestro descanso.

1 un buen desayuno

Aunque parezca una tontería para sacar adelante el día con ganas necesitamos comer, un buen combustible para funcionar. Para ellos necesitamos, hidratos, proteínas, vitaminas y  minerales. Salir en ayunas es un error en toda regla aunque si tomamos café, es mejor hacerlo después de desayunar.

Un buen desayuno puede llevar cereales integrales, zumo, fruta, pan, yogur, huevos, jamón o algo de carne magra como el pavo. Olvida la bollería industrial y las mantequillas. Para depurar, se recomienda tomar un vaso de agua tibia con zumo de limón y tras unos minutos de ducha desayunar en serio. Por las mañanas hay muchas prisas, pero es mejor ir más rápido en el baño y madrugar un poquito más para comer esta primera ración con calma. Recuerda también que cuanto más sano sea tu desayuno, de mejor humor estarás.

 

2.Cero smarthone u ordenador

Hoy en día hay muchas personas que no pueden vivir sin internet o sin su teléfono móvil, esto  hace que mirarlo se vuelva algo compulsivo. La nomofobia hace que mucha gente mire el móvil justo antes de dormir y justo tras despertarse. Además del ciclo de ansiedad que esto genera, y la adicción, las luces, vibraciones y ondas electromagnéticas del aparato son de lo más nocivas para la salud. así comienza el día en el presente físico y espacial en el que estás, de forma relajada y tranquila. A ser posible tampoco enciendas en televisor, como mucho pon música mientras desayunas, pero que sea todo relajado.

3. Agua fría

Aunque la ducha caliente es uno de los mayores placeres ‘sencillos’ que hay, por la mañana para actívarse es mejor el agua templada y en piernas y brazos, incluso fría, ya que estimulará la circulación. Si cuesta mucho alterna agua fría con caliente y sobre todo el último aclarado que sea siempre con agua fresquera. El pelo también sale beneficiado si usas agua templada en lugar de ardiendo.

4. Pensamiento zen o positivo

Eso de mirarte al espejo y decirte que hoy va a ser un buen día o que vas a conseguir todo lo que quieras es muy de película, pero esta nimiedad tiene algo de cierto. Si comienzas con un pensamiento positivo el mayor esfuerzo para tu actitud positiva ya está hecho. Sobre todo no salgas de casa sin pensar en todas las buenas posibilidades que te esperan.

5. Poco a poco hasta a ponerte a toda marcha

El estrés está tan integrado en nuestra vida que no nos damos cuenta. Intenta madrugar lo suficiente para no empezar a toda prisa. No te levantes de un salto, ni salgas corriendo, deja que tu cuerpo y tu cerebro se despierten gradualmente, eso sí, sin tampoco holgazanees. Hacer esto de manera tranquila favorece también tu optimismo. Así levántate despacio de la cama, respira, haz unos pocos estiramientos, sonríe sin más (o ten en la recamara un pensamiento feliz) y siente como la energía vuelve a ti lentamente. Si puedes da un pequeño paseo antes de subir al coche o el autobus. Si aún tienes más tiempo haz algo de ejercicio moderado.

Si te cuesta despertar por la mañanas puedes: practicar por las noches (pon el despertador y levantarte cuando suene unas cuantas veces) o visualiza esto todos los días. Si eres de los que apagan el reloj y siguen durmiendo pon una segunda alarma o programa la repetición. Elige una sintonía para este mensaje que no sea demasiado estridente y acostumbrate al sonido.

6. pequeñas ayudas al madrugón

No es raro que madrugar no guste a la mayoría. Por eso una buena ayuda es dejar preparado todo por la noche, la ropa, la cafetera, e incluso reservarse algo rico para el desayuno. Así no sólo tendrás un aliciente, tendrás menos que hacer y te será más fácil completar la tarea. Tener planes también ayuda a levantarse con buena cara. Si, a pesar de tener un día lleno de trabajo y obligaciones, reservamos aunque sea 5 minutos (con eso muchas veces basta) para nosotros mismos o para un capricho sencillo, nos será mucho más fácil despertar con menos esfuerzo.

 

Imagen| Marin

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