Bupropion es uno de esos medicamentos mágicos que promete solucionar muchos de los problemas recurrentes de la sociedad moderna: depresión leve o estacional. Quizás la proliferación común de este mal entre las personas normales, sin grandes problemas económicos ni de salud física, es lo que propicia que el sector farmacéutico cree(apoyado por los médicos que rápidamente prescriben sus píldoras) estas soluciones que se imponen a las naturales y a la elección de entornos y hábitos más saludables. Pero ¿por qué el éxito de esta pastilla?
Bupropion es la sustancia genérica que compone el antidepresivo, hay varios en el mercado que lo tienen en su formulación y está de moda en Estados Unidos. El auge, aparte de las tendencias que también afectan a los psiquiatras a las hora de recetar, no tiene que ver con su novedad ya que su comercialización se inició en 1985 sino a unas consecuencias remotas vendidas, off the récord, como ventajas del medicamento. Se dice que esta sustancia aparte de mejorar el ánimo, ayuda a perder peso sin dieta, gracias a que inhibe el apetito, y no reduce la libido.
Lo primero es mentira, tan sólo un 18% de los casos sufre esta ‘perdida de ganas de comer’ y es algo que se da con la mayoría de las pastillas de este tipo. Se resulta la mar de frívolo tomar esta clase de sustancias con este fin, aunque en ciertos círculos, la ingesta de antidepresivos sea estéticamente teatral y divertida. Esto es lo en muchas ocasiones, por desgracia, aumenta el consumo y genera el curioso mercado negro, aunque normalmente con falsificaciones. Además, el temor a que este comercio indebido se extienda viene derivado de que la estructura de las moléculas del Bupropion se parecen a psicoestimulantes como la metanfetamina y esto lleve a un uso indebido.
No obstante, hay que remarcar que efectivamente tanto si hablamos de esta sustancia como de los narcóticos ilegales, tomarlos libremente puede dañar la química cerebral. Esta droga actúa acelerando cierta actividad del cerebro con lo que, cabe deducir que el uso inapropiado puede tener efectos secundarios indeseables, desde generar aletargamiento estreñimiento a más ansiedad, fomentar pensamientos suicidas o producir convulsiones.
La segunda ventaja es cierta, en cuanto al ‘apetito sexual’, y supone algo a tener en cuenta a la hora de iniciar un tratamiento de este tipo, pero, esto también depende de si el medicamento en general es el que más conviene al paciente (por sus efectos adversos graves citados).
Una tercera es la de ayudar a dejar el tabaco, actuando sobre la consabida ansiedad o mono del fumador. De hecho, existen pastillas para dejar de fumar que contienen Bupropion. También se describe para tratar los trastornos bipolares y el síndrome de deficit de atención o hiperactividad.
En cualquier caso, hay que recordar siempre que la ingesta de antidepresivos debe ser siempre una medida preestablecida por el médico y que no es cosa de niños. Esto ha de ser siempre la última opción en intentar la curación por medio del tratamiento terapéutico y la evolución personal.
Lo que está claro es que la sociedad acelerada y consumista no ayuda a las personas que sufren depresión o, lo que es más, precipita a muchas otras a este estado. Quizás por eso, según la OCU el 29% de los españoles se han medicado alguna vez contra ella y que el número de pacientes que toman estos medicamentos, y otros como ansiolíticos e hipnóticos, se haya triplicado en los últimos 10 años y la crisis actual aumenta los casos. ¿Vive el mundo medicado contra su propia mecánica?
Imagen| Naypong
3 comments