Éste es precisamente el apellido del cardiólogo estadounidense que desató una revolución nutricional en la década de los 70 del siglo pasado.
El Dr Atkins inventó y apoyó a lo largo de su vida una dieta basada exclusivamente en la supresión de alimentos ricos en hidratos de carbono, compensándolo con un incremento de la ingesta de proteínas y grasas; aproximadamente las grasas supondrán un 44% del aporte energético en comparación con los hidratos de carbono que son como mucho de un 19%.
Si bien es cierto que hay personas que han experimentado una reducción moderada de peso con la dieta, que se debe en gran medida por la pérdida de agua y pequeña cantidad de grasa, esto es sólo un fenómeno inicial que no se prolongará mucho más en el tiempo, y también se ha demostrado que al retomar la dieta normal del individuo se recuperan todavía más rápidamente los kilos perdidos.
La dieta propuesta por el Dr Atkins que tanto enemigos se ganó, no sólo es cuestionable por la cantidad de grasas y proteínas que se ingieren y que a largo plazo pueden tener importantes repercusiones sobre la salud , sino que además son alimentos pobres nutricionalmente hablando, es decir, si se suprime el aporte de frutas, verduras o cereales (entre otros) que aportan fibra y micronutrientes que son esenciales la persona terminará por presentar carencias importantísimas que afectarán a su salud.
Concluyendo hemos de decir que cualquier dieta que implique un desequilibrio importante de algún macronutriente (Hidratos de carbono, Lípidos o proteínas) no es la adecuada, y desde luego, ésta tampoco lo va a ser, por todas las razones enumeradas anteriormente.
