Mitos sobre hábitos saludables I

mitos saludables

Hoy en día todo tiene sus pros y sus contras en el tema de la salud y la belleza (o casi todo). De ahí que algunos alimentos y hábitos no sean tan buenos o tan malos somo se cree, sino que hay que sopesar y moderar su consumo o su realización: unos ejemplos son la ingesta de leche de vaca, de café, el usos de sus posos, la toma de proteínas animales… Hoy os vamos a hablar de algunos de esos mitos pero siempre debemos pensar que aunque hay cosas que siempre son malas- como el tabaco, el alcohol o la vida sedentaria- y otras buenas- la fruta, la verdura, el deporte- el abuso y los extremos son nocivos, y lo mejor son intermedios más saludables.

Así que en estos posts os iremos matizando alguno de esos hábitos saludables que no lo son tanto.

  • Beber agua mucha agua es bueno

De acuerdo que beber agua es sano y necesario, pero tampoco hay que pasarse. Más de los dos litros recomendamos estamos forzando el trabajo de riñones y de la vejiga. Sdemás el agua corriente tiene sedimentos así que si bebemos muchísimo puede que con el tiempo tengamos más probabilidades de tener calculos renales. Además tanto liquido (cuenta además del agua, los zumos infusiones, sopas y otras bebidas) favorece la bajada de sodio en nuestro organismo.

Otra mentira es que beber agua adelgace: lo único que consigue esto es quemar más calorías de las que se ingieren. Lo que si hace el agua es ayudar a depurar y a regular el tránsito intestinal.

  • El chocolate empeora o hace salir acné

No existe ninguna relación entre una persona sana que come chocolate y la aparición de acné. Los granitos de este tipo salén por la secrección de grasa de las glandulas sebaceas de la piel que son controladas por una hormona sexual que se encuentra en desequilibrio en la adolescencia o en épocas de estrés. El cacao no influye nada en esto, aunque si es verdad que el exceso de azúcar es malísimo para el equilibrio del metabolismo.

  • Los alimentos orgánicos son más sanos que los tradicionales

Muchos de los problemas de salud actual, de estómago y digestiones especialmente, se relacionan con la alimentación que a pesar que en el siglo pasado mejoró en calidad a gran velocidad  y producción, lo hizo a base de fertilizantes, pesticidas, alteraciones genéticas y conservantes  (amén de otros ingredientes artificiales). De ahí que todo eso tenga unas consecuencias en nuestra salud, razón por la cuál la tendencia a crear productos orgánicos: es decir cultivados y fabricados sin estos elementos, de la forma más natural posible, se haya puesto en auge en los últimos años. Además de ser ‘menos tóxicos’ se alude que estos productos conservan mejor sus propiedades y nutrientes.

Sin embargo hay que tener cuidado con esto, ya que el muchos casos hay más marketing que verdad. Científicos de la Universidad de Stanford hicieron un estudios comparativo entre alimentos iguales pero unos tradicionales y otros orgánicos y aunque encontraron mejores niveles de vitaminas y minerales en los orgánicos, las diferencias eran muy sutiles. Por otro lado, si contenían menor porcentaje de pesticidas, 30% menos que los normales, aunque en realidad estos deberían no contener ninguna de estas sustancias.

De esta manera, no siempre son tan orgánicos ni compensa tanto la elección. En cualquier caso si optáis por ellos, mirad etiquetas y buscar los certificados y pensad que el precio más alto se acerca, lamentablemente, más a la verdad.

Fuente|Zirconicusso

 

 

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