En los últimos tiempos están proliferando numerosos trabajos sobre determinados contaminantes presentes en las aguas residuales, como son, en el caso que estamos tratando, los fármacos y sus metabolitos (son moléculas que se obtienen tras modificar al fármaco inicial en el organismo) que pueden ser activos como el fármaco o no.
Tanto los fármacos, como los metabolitos de éstos, al igual que pasa con las drogas y sus productos metabólicos alcanzan las aguas urbanas a través de las excretas de las personas que las han consumido, siendo por tanto la determinación de las mismas un método de medida del consumo de fármacos y drogas de una determinada población.
Las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR), se ciñen exclusivamente a los mínimos de calidad exigidos a éste tipo de aguas, quedando fuera de la legislación todo lo relativo a fármacos y metabolitos en ellas. Son ,por tanto, contaminantes emergentes que suponen el objetivo de muchos estudios desarrollados por OMS, Comisión Europea o la Agencia para la protección del Medio Ambiente.
Como quedan fuera de la legislación nos encontramos que la cantidad de éstos contaminantes que vienen disueltos en las aguas son prácticamente los mismos a la entrada y la salida de la planta de tratamiento.
Las aguas una vez salidas del tratamiento en las EDAR, son vertidas en ríos o mares y también se emplean como agua no potable en el regadío, es decir, van a entrar en contacto con el medio ambiente y también con el ser humano.
A pesar de que las cantidades de los contaminantes en ellas son muy pequeñas (de orden de ng) las repercusiones sobre el medio y sobre la salud de las personas deberían de ser valoradas pues es muy posible que tengan un impacto importante en los mismos.
