Un estudio ha demostrado y confirmado que el perro es el mejor amigo del hombre, especialmente aquellos que padecen algún tipo de alergias de piel llamados eccemas. Es que a diferencia de los gatos, los perros parecen reducir las posibilidades de que se produzca un brote.
Un conjunto de investigadores y científicos de la Universidad y del Hospital Infantil de Cincinnati, en los Estados Unidos, llevo a cabo una investigación donde 363 niños de hasta cuatro años, que tenían un alto riesgo de desarrollar alergias de piel, donde se los evaluó a cada uno de ellos en relación al papel de los 14 principales aeroalergenos en el desarrollo del trastorno, y midieron en que medida afectaba el animal de compañía.
El estudio arrojo como conclusión que los niños que habían tenido durante el primer año de vida, un perro propio en sus casas, luego tenían menos riesgo de desarrollar eccemas o alergias a los perros.
Los que desarrollaron la alergia no habían convivido nunca con un perro y presentaron un riesgo cuatro veces mayor. Sin embargo, la compañía del perro no es del todo beneficiosa en todo momento, puesto que para aquellos niños que ya hallan desarrollado la alergia previamente no seria aconsejable tener a este tipo de mascotas tan cercanas.
Los eccemas son una de las más comunes manifestaciones de un cuadro alérgico, junto con la congestión nasal y los estornudos y el lagrimeo. Básicamente es una lesión inflamatoria de la dermis o capa superficial, que provoca picazón extrema y que son comunes en los pliegues de los codos y las rodillas, así como en los de los dedos de las manos, e incluso la cara.
Aunque existen medicamentos hoy en día para tratar las afecciones alérgicas, los niños pueden llegar a sufrir escoriaciones en la piel y cortes permanentes, debido a que la piel no alcanza a regenerarse dada la hinchazón de la zona.
