La vitamina C: para qué sirve

vitamina C

La vitamina C es una sustancia beneficiosa y necesaria para nuestro organismo. Ahora con el frío es una de las que más se menciona como si fuera el arma definitiva para evitar resfriados, pero¿ sabes realmente para qué sirve esta vitamina ?

La vitamina C o ácido ascórbico se conoce como un potente antioxidante gracias a su composición nuclear de ascorbato que es un elemento que protege el cuerpo de la oxidación. Esto para el común de los mortales significa que es un protector contra envejecimiento, la erosión y mutación de las células y tejidos y así como regulador de la regeneración de las células.

Con esto la vitamina C se convierte, al mismo tiempo, en un agente anticancerígeno y en un entrenador de la fuerza y juventud de tejidos como músculos, uñas y piel.  También se dice que es un aliado para prevenir y mermar enfermedades degenerativas como esclerosis, parkinson o alzheimer y  cardiovasculares.

En cuanto a la piel el ácido ascórbico participa en la fabricación natural de la lisina que es la molécula principal de colágeno, sustancia que compone los tejidos y cuya producción natural se va reduciendo con la edad, razón por la que complementos alimenticios y cremas faciales, cosméticas de todo tipo, la añaden de forma artificial para compensarlo. El colágeno, de todas formas, no sólo contribuye a la función estética de la dermis, sino que trata los tejidos en general(uñas, dientes, órganos, músculos) y permite la conectividad de las células y, de esa manera, la cicatrización, la formación y mantenimiento de los cartílagos y la fortaleza de vasos sanguíneos.

En este apartado hay que decir, el hecho de que unas partes del cuerpo se beneficien más de esta sustancia se debe a que necesitan más cantidad de ella en su mantenimiento que el resto. Los glóbulos blancos contienen más cantidad que el resto. Con lo que circulación y alimentación no la pueden necesitar más; de hecho es fundamental para asimilar otras vitaminas y minérales, como el hierro. Pero además, contribuye a la nutrición de las células ya que la vitamina C ayuda a la síntesis de la carnitina que transporta, a su vez, ácidos grasos esenciales que alimentan a estas. ESto también permite que no se acumulen las grasas como residuos y que se transformen en energía. De ahí que no ye recomendemos que tomes un zumo  antes de dormir  o cualquier alimentos ricos en vitamina C ya que puede ser un chute de combustible desperdiciado y hará prevalecer tu insomnio , si es que lo sufres. Por otro lado, aumenta la ingesta de este tipo de comidas  si te sientes decaído o , incluso, algo triste.

Ciertos estudios también dicen que la vitamina C fortalece el sistema inmune y de ahí viene la idea de que evita el resfriado aunque en realidad prevendría cualquier infección vírida moderada. Sin embargo, será unas  alimentación sin carencias la que ayudará de verdad a impedir que no enfermemos.

Para terminar hay que decir que la vitamina C tiene una relación curiosa con dos de nuestros vicios más nocivos: el alcohol y el tabaco. Si bebes un coctel de vitamina C  será muy útil para compensar los males etílicos ya que ayuda al hígado a descomponer el alcohol, con lo que reduciremos el daño que le hace. El tabaco sin embargo aniquila la vitamina C, así que aunque no debes fumar si eres fumador nunca los solapes, ya que la nicotina destruye el ácido ascórbico de los alimentos que has ingerido.

Así que la vitamina C es, como empezamos imprescindible en nuestra dieta y aunque otro día nos explayaremos en donde encontrarla algunos de los elementos que la contienen son acerolas, guayabas, grosellas, las fresas, el perejil, alcachofas, pimientos, tomates, naranjas, pomelos, coles de bruselas, melón o kiwis.

Imagen | Sommai

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