El Roscón de Reyes más saludable

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El roscón de Reyes es uno de los dulces típicos de la Navidad en España, México, Argentina y  Portugarl, aunque su origen se remontan a los romanos paganos del siglo II. d.C.. Su receta, que no os vamos a explicar hoy, es sencilla pero muy trabajosa, ya que requiere mucho amasado, paciencia y horas de reposo y fermentación. Es uno de los productos de repostería más calóricos, y hay que tener en cuenta que no se puede comer a grandes dosis, a no ser que pensemos en gastar ese combustible. Para que, sin dejar de aportarnos esa ingente energía, sea lo más saludable posible, vamos a analizar sus ingredientes y sus posibles sustitutos.

El principal ingrediente del roscón de Reyes es la harina. No se trata de una harina normal sino que tiene que ser harina de panadería o de fuerza. Esta, por un lado, es menos refinada, lo cuál hace que sea menos artificial, pero por otro lado tiene más gluten (lo que permite su textura y ) que el resto de harinas, lo que hay que tener en cuenta a la hora de ofrecer a estómagos delicados y sobre todo celiacos, quienes no podrán más que olerlo.

Si queréis que sea más sano y admitís sucedáneos o aproximaciones podéis usar harina integral, de avena o espelta, pero siempre que sea de fuerza o de panadería, lo que no es tan fácil de encontrar y en algunos sitios hay que encargarla. Eso si usáis harina normal la masa cocida se desmigará y será más un bizcocho que un roscón. Por otro lado, para nuestros amigos intolerantes al gluten podemos hacer una versión con harina de maíz, que aunque no será lo más auténtico se aproxima, ya que, además, el almidón de maíz da espesor y consistencia a la base del dulce. También para estos ya podemos encontrar harinas panificables sin gluten en algunos grandes supermercados con sección para celioacos .

Este bollo lleva bastante azúcar. En este caso, aunque no podemos tampoco evitar este elemento podemos sustituirlo por otro más sano: azúcar integral de caña (comprobando que realmente sea integral) y mucho mejor si usamos panela o estevia. Si usamos cualquiera de estos tres, además necesitaremos mucha menos cantidad, ya que su sabor es mucho más intenso.

El agua de azahar es otro imprescindible para este inconfundible toque del roscón. Este debe ser de uso comestible, ya que puede confundirse con el agua de perfume, lo que es fatal. En cualquier caso basta con una cucharada, ya que es puro alcohol etílico. Por ello, con la cantidad justa evitaremos, como sugieren en algunas preparaciones añadir a la masa un chupito de ron y si acaso queréis que sea muy aromático, echar semillas de vainilla.

Otro de los básicos de la repostería es la mantequilla: elegirla fresca o ecológica y siempre de calidad si os lo podéis permitir, pues aquí si notaréis la diferencia de sabor y es mucho más saludable que la margarina, que tiende a emplear aceites vegetales hipermanipulados, además de mezclas bombas como aceite de palma y colza.(Más vale la grasa saturada de la mantequilla que los elementos artificiales y aceites alterados de la margarina)

Hacen falta también huevos. Cómo antes si son de granja ecológica con gallinas ‘en libertad’ nuestro roscón será más sabroso. Si somos vegetarianos podemos sustituir cada huevo por 20 gramos de harina de maíz (y eliminar 20 gramos de la harina de trigo) y ‘barnizar ‘ el roscón con almíbar en lugar de con una yema. Otro buen sustituto del huevo para cualquier receta de repostería es el la gelatina de las semillas de lino: Debéis dejar en medio vaso de agua dos cucharadas (de café) de semillas de lino crudo reposar durante una noche o al menos 8 horas. Pasado ese tiempo los granos habrán liberado su contenido en el agua y podréis usar este para cocinar o para tomar en ayunas por us gran aporte de fibra soluble.

También se necesita leche, aunque poca cantidad: lo mejor es usarla entera, pero para evitar tóxina o intolerancias podéis usarla ecológica y sin lactosa y de oveja en lugar de la de vaca. Probablemente podáis usar alguna leche vegetal pero el sabor cambia en matices significativos si usamos la de soja y si usamos la de almendras o la de avena, habrá que probar la masa ante de echar el edulcorante no vaya a ser que necesitemos menos, ya que estas bebidas ya suelen llevar bastante.

La levadura igualmente debe ser de panadería, da igual que sea seca o fresca, lo que cambiarán serán las proporciones.

Basta después con hacerse con ralladura de limón y si gustáis de naranja.

Para la decoración a nosotros nos gusta romper la norma: a muy poca gente le gusta la fruta escarchada (cristalizada a través de sucesivos baños y rebozados en azúcar durante 20 días), así que podéis poner simplemente almendra cruda (fuente de calcio y otras vitaminas, además de ácidos grasos esenciales) laminada o troceada o unas rodajas de naranja antes de pasar al horno. Si sois muy golosos podéis usar fideos de chocolate  tras la cocción.

Una vez hecho todo esto es mucho más sano comerse el roscón sin rellenar ya que la nata pastelera o la crema de trufa son lo más azucarado, calórico e indigesto del plato. Si el roscón sale bien no necesita más aderezos. Por otro lado, si os parece muy seco, ¿qué tal rellenarlo con mermelada, con membrillo o con fruta?

Contadnos como hacéis vuestro roscón para que sea delicioso y más sano.

Imagen | artur84

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