Para que comer bien sea un hecho real, no sólo hay que comer buenos alimentos sino tomarlos de buena calidad y en buen estado: es decir que la fruta sea fresca y de buenos proveedores es importante, así como la carne será mejor sino viene procesada o precocinada y se ha sacado de animales sanos y bien alimentados y criados. No obstante, también hay que tener en cuenta para esto como lo conservamos. La nevera y el congelador pueden ser aliados de nuestra salud y economía porque conservan los productos con todas sus características y nos permiten que duren más tiempo e incluso que almacenemos, pero ¿lo hacemos bien? Hay ciertos alimentos que se estropean o que pierden sus propiedades si los guardamos en frío.
- Como ya hemos dicho la fruta es uno de los pilares de una dieta sana, pero ¿sabíais que guardar la fruta en la nevera no es bueno? Algunas frutas como el plátano o el aguacate dejan de madurar si las metemos en el refrigerador, esto impide que alcancen el punto optimo nutritivo y de sabor. Para comer estos dos frutos hay que esperar a que estén blanditos, ya que de lo contrario son hasta indigestos y el plátano aporta más propiedades astringentes que laxantes. (Lo mismo que sucede con el plátano pasa con la banana)
- Tampoco debemos conservar en frío las frutas tropicales: va en contra de su naturaleza ya que estás viven en entornos muy calidos. Al ponerlas frente a bajas temperaturas la piel reblandece y la carne se rompe, se vuelve pastosa y su fibra se deshace. Así que también debes comprar un frutero para sostener las piñas, las papayas, mangos, papayón, caquis.
- Si te fijas bien ninguna de estas joyas vitamínicas se conservan en las cámaras de frío en un mercado: de esa manera tú tampoco tienes que hacerlo con naranjas, manzanas, mandarinas, melones o melocotones.
- En cuanto a ese proceso de tumefacción horrible de la comida las cebollas también lo sufren: por mucho que lo tapéis o cubráis la humedad de la nevera sobre este vegetal da lugar a un rápido moho. Lo mejor es conservarlo aireado y sin bolsas o contenedores de plástico. Lo mismo se puede aplicar al ajo y nunca lo coloquéis junto a las patatas.
- Los tomates es otro de los vegetales que erróneamente guardamos en el frigo: no hace falta. Además de que tampoco madurará, nuestro amigo rojo perderá sabor y aroma y se volverá harinoso.
- Las patatas como los tomates deben conservarse a temperatura ambiente. En este caso, se aumentan los niveles de azúcar del tubérculo, se oxida su composición y el sabor será también más arenoso e insípido. Si se quiere reservar alguna ya troceada es mejor hacerlo en agua, con esto además se disolverá parte de su almidón y serán más digestivas. Aunque lo mejor es guardar las patatas en un lugar fresco, oscuro y ventilado y pelarlas sólo en el momento de cocinarla.
- El pan, tanto en de obrador como el de molde del supermercado, es otra de las cosas que se estropean en la nevera: los azúcares cristalizan y se rompe la estructura natural del alimento, que además se humedece y puede enmohecer o resecarse. Si lo congelamos esto no pasa, ya que el frío máximo hace que no se pierda el agua y que no se ‘hinche’ el pan. Luego necesitará un golpe de calor de horno y comerse enseguida ya que se quedará seco rápido.
- Aparte de estos hay cosas que guardamos sin ton si son en la nevera y que no responde a ningún criterio lógico e incluso es incoherente con el producto en sí: no hay ninguna razón para guardar el café, el aceite, la miel, los cereales, pastas, harina y azúcar. A esto hemos de añadir que en el caso de las pastas no merece la pena congelarlas como cualquier otro tupper, se quedan sin sabor y sus carbohidratos se deterioran.
- Una curiosidad: a no ser que haga mucho calor tampoco se recomienda meter el chocolate en la nevera. Este se condensa y pierde su textura con temperaturas extremas tanto altas como bajas, pierde sabor y coge olores.
- Jamón y quesos curados pierden sabor. El primero se endurece y enmohece y los segundos pierden consistencia.
Imagen | Ambro
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