Recientemente un estudio publicado por la revista “PLoS Medicine” informa que el ejercicio es capaz de atenuar mas que considerablemente la predisposición al sobrepeso, pese a toda creencia contraria que dice que lo que esta determinado en el ADN no puede ser desactivado.
Los científicos de la Universidad de Cambridge en Reino Unido y dirigidos por Ruth Loos, han dado seguimiento a un grupo de 20.430 personas con edades de entre 39y 79 años. Además de evaluar su génesis o ADN, analizaron la presencia de doce variantes en el con influencia en la obesidad. También se midió la cantidad de ejercicio que estas personas realizaban al dia, antes de realizar la investigación. Con la ayuda de poderosas maquinas de calcular, pudieron averiguar la predisposición genética que cada persona poseía para la obesidad y si el ejercicio contribuía a atenuar la influencia de aquellos genes.
Los resultados arrojaron que cada variante genética estaba asociada con un aumento de aproximadamente 445 gramos de peso y que llevar una vida físicamente activa, reducía en un 40% las predisposiciones genéticas a desarrollar obesidad.
Según palabras de Ruth Loos, la directora y coordinadora de los científicos que trabajaron en la investigacion, este hallazgo hecha por la borda la creencia popular de que es imposible luchar contra lo que se encuentra destinado y escrito en el mapa de los genes de cada persona (por lo menos en relación al peso, claro esta porque por mas que uno lo intente no lograra volar jamás como los pajaros).
Muchos especialistas que siguen la misma línea de investigacion, concuerdan en que la mejor forma de reducir esta predisposición genética es con un estilo de vida saludable donde la actividad física tenga un papel preponderante para reducir la “epidemia” de obesidad en la que se ve inmersa gran parte de la humanidad.
