Tanorexia: la adicción del verano

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La tanorexia es una adicción a tomar el sol que se pone de relieve cada verano. Podría asociarse en muchas ocasiones a estas personas que una vez se abre la temporada pasa las horas y los días en la piscina o playa hasta verse ‘chamuscada’ , a nuestros ojos y en proceso de estar más guapas, para ellas. A simple vista esto parece algo extravagante pero inocente, sin embargo va más allá y supone una rutina que se mantiene durante el año, de forma repetida y no estacional. Esta afición es muy peligrosa e incluso puede ser diagnosticada como una enfermedad.

La tanorexia es así la manía por lucir moreno hasta el punto de abusar del sol o de los rayos UVA, en contra de la propia salud. tomar el sol con precaución, siempre con protección y con medida ya que en su justa proporción también tiene efectos positivos:

  • Produce serotonina, lo que proporciona bienestar y relajación.
  • Estimula la producción de vitamina D, lo que ayuda proteger los huesos.
  • Mejora el sueño y refuerza el sistema inmunológico.
  • Cambia el tono de la piel, mejorando en muchos casos nuestra piel.

Son estos efectos los que pueden llevar a continuar con la exposición. No obstante, los rayos del sol (UVA-UVB) son también nocivos y especialmente en exceso. Una investigación  realizada en Harvard bajo la dirección del Dr Fischer comprobó sobre un grupo de ratas, al que expuso de manera prolongada a los rayos UVA, que en sólo 7 días crecía el nivel de endorfinas de los animales provocando el inicio de la adicción. Asimismo, la falta de esta ‘luz’ provocaba en estos mamíferos los mismos efectos de abstinencia que los estupefacientes o el alcohol: temblores, ansiedad y malestar generalizado. Así, más allá de una obsesión estética, este problema es psicológico y también hormonal. Los tanoréxicos en muchos casos ya padecen algún tipo de trastorno previo, de tipo depresivos, obsesivos o fobias sociales, que facilita la instalación de esta nueva adicción. Por ello, una vez adicto supone un refuerzo de sus sentimientos de culpa, ansiedad o de bajas autoestima.

Los adictos suelen sumar a los interminables baños de sol, tanto al aire libre como en cabinas de estética, perjudiciales por sí solos, aceleradores caseros (untarse de aceites o aceleradores de bronceado o mejunjes personalizados) o imprudencias como el prescindir de toda protección solar. Uno de sus claros ´síntomas’ es que nunca están lo suficientemente morenos.

Esto tiene muchísimos efectos negativos que de ningún modo compensan el supuesto plus de belleza que se consigue, y que, además, como todo, en exceso produce el efecto contrario al deseado, se convierte en un aspecto feo. El exceso de sol produce:

  •  fotoenvejecimiento,
  • quemaduras,
  • deshidratación,
  • cataratas,
  • fotosensibilidad,
  • y, a largo plazo, cáncer de piel.
  • La adicción supone dependencia y altera la conducta y el carácter además de impulsar las ya citadas consecuencias psicológicas.

No se trata de un tema de broma si tenemos en cuenta que en los últimos 20 años se ha multiplicado por 10 los casos de melanoma, sólo en España. En países como Noruega puede ser aún más preocupante si tenemos en cuenta que más del 60% de la población admite tomar el sol sin protección.

La tanorexia debe evitarse a toda costa, así que no te pases con el sol, incluye actividades y dinámicas en tus sesiones de playa o piscina que interrumpan tus baños de sol, y ten claro que lo primero para tu salud (y belleza) es la prevención y el sentido común.

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