Ser demisexual es una de las nuevas calificaciones que han surgido gracias a una nueva forma abierta de sentir el sexo y que se ha generado gracias al avance de la sociedad y la perdida, afortunada, de ciertos prejuicios. ¿Quieres saber en qué consiste?
Demisexual es una clase de sexualidad que viene determinada por la emoción y no por el género y que está más allá de la heterosexualidad, homosexualidad o de términos cerrados. Esta clasificación que implica flexibilidad a la hora de elegir pareja sexual o romántica significa que la persona escogerá de acuerdo con la afinidad que sienta con esa otra persona, tanto si es a nivel físico o a nivel sentimental, lo que significa que no importa tanto si aquella es hombre o mujer.
Evidentemente esto chocará a muchas personas, pero en cuestión de sexo y sexualidad las puertas del placer y del bienestar (la calidad de nuestra vida sexual también se traduce en salud emocional y equilibrio personal) no deben cerrarse a tabúes, a normas, o a recelos absurdos, sino eliminar las represiones y bloqueos que sólo nos hacen daño. Conocer y aceptar nuestros cuerpos y deseos es necesario para nuestra satisfacción y felicidad.
Lo curioso de esta condición, que según muchos es innata y no una elección, supone que no existe una atracción sexual sin más hacia una u otra persona sino que surge de una relación establecida personal o de amistad. Es decir que este deseo no surgirá de manera repentina hacia un grupo o persona, ni por hombres ni por mujeres, con lo que en cierta manera hay quien los considera asexuales. En estos casos no se consideraría realmente así sino que el deseo físico generalmente primario, se convierte en secundario y derivado de un deseo más profundo relacionado con la personalidad o el carácter de la potencial pareja. Esto no quiere decir, que los demisexuales busquen siempre relaciones serias, románticas o estables sino que comienzan el cortejo motivados de otra manera, quizás, más compleja.
Imagen| adamr
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